skip to main |
skip to sidebar
Me sabe a poco
el tacto
de tus manos virtuosas
arrancando
el pecado de mi piel.
Estaba a punto de soplar las velas cuando vio que todos sus invitados la observaban con picardía en sus ojos.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué me miráis así?
- Porque ya sabemos qué tres deseos vas a pedir.
- Sí --rieron todos y gritaron al unísono--, ¡¡sexo, sexo, sexo!!
- Esta vez tendré que ser más cuidadosa. No olvidéis que nueve meses después de pedirlo estaba pariendo a mis mellizas.
Laura cerró los ojos, tomó aire y sopló fuerte concentrada en su pensamiento:
-¡¡Dormir, dormir, dormir!! Ffiiiuuuuuu